Las trampas que colocan los cazadores están preparadas para antílopes y otros animales, pero algunas veces capturan a los gorilas. Los adultos normalmente son lo suficientemente fuertes como para liberarse ellos solos, pero los gorilas pequeños no son siempre tan afortunados. Los rastreadores de la reserva normalmente destruyen las trampas, y es muy posible que los gorilas hayan aprendido a destruirlas observando a los rastreadores.
Puedes leer el artículo completo de National Geographic (en inglés) aquí..
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